Programa de residencias Qoyllur
CECILIA VICUÑA – ENRIQUE RAMÍREZ – SEBASTIÁN JATZ
El CCESantiago, dentro de su línea de residencias artísticas vinculadas a la ciencia y la innovación artística, ha desarrollado desde el año 2017 el programa Qoyllur en el Observatorio astronómico de La Silla – ESO (European Southern Observatory) situado a 2400 metros de altura en pleno desierto de Atacama, región reconocida como la mejor del hemisferio sur para realizar observaciones astronómicas.
El programa nombrado Qoyllur, que en lenguaje quechua refiere a la Estrella del Sur, propone a los artistas una interacción con el entorno de las instalaciones científicas, la indómita naturaleza que las rodea, los vestigios de pueblos ancestrales y las diferentes comunidades que habitan el sector, para crear posteriormente una reflexión que vincule el arte y las ciencias.
Este tipo de proyectos, además de estimular los procesos creativos, abren nuevas ventanas de divulgación artística y científica, haciendo converger ambas esferas del saber en relación a los diferentes contextos del país.
Equipo
Proyecto
Minga del Cielo Oscuro – 2017: Cecilia Vicuña
© concepto y selección original de Cecilia Vicuña
© De los textos sus autores © De las imágenes sus autores
La residencia
En el 2017 Cecilia Vicuña fue la primera creadora en ser invitada a ser parte de este programa de residencias artísticas en donde interactuó con el lugar arqueológico de la ancestral cultura Molle en donde se encuentran enclavadas las instalaciones del observatorio, lo cual provocó la creación de múltiples textos, poemas e intervenciones en sus alrededores.
En una primera etapa, comprendida entre el 16 y 24 de noviembre, Vicuña inició diversas investigaciones y procesos de observación en el Observatorio La Silla.
Durante una segunda etapa de la residencia, entre el 24 al 26 del mismo mes, la artista estudió un hallazgo arqueológico emplazado en el Olivar, sector ubicado al norte de La Serena, y que ha dado cuenta nuevos antecedentes sobre las culturas prehispánicas que habitaron en la región.
A partir de su residencia en el Observatorio Astronómico La Silla en octubre 2017, la poeta y artista chilena Cecilia Vicuña realiza múltiples procesos de reflexión sensible, experimentación y conocimiento del territorio hasta consolidar en el año 2019 una invitación a artistas y científicos quienes colaboraron en una muestra interdisciplinaria, un encuentro de saberes en torno a la presencia del cielo oscuro, que, como menciona la artista, busca “la construcción de un futuro iluminado, en el que brille la sabiduría ancestral y la ciencia por igual”
Ahora, cuando la vida en el planeta peligra por la extinción de las especies, el calentamiento global, la contaminación y la sobreexplotación, la artista se enfoca en la visión andina de la oscuridad como el origen de la luz. La invitación es reflexionar sobre el punto de encuentro entre el arte, la ciencia, el conocimiento indígena y la arqueología en el Sur del desierto de Atacama, donde confluyen los observatorios astronómicos actuales, las pinturas rupestres Molles y el cementerio diaguita más importante de Chile.
Más allá de una exposición, Minga del Cielo Oscuro es un proyecto que acoge múltiples actividades y encuentros entre los mingantes que incluyen talleres, performance, charlas, una publicación final y diversas puertas que se abren en diferentes direcciones tanto para la artista como para las comunidades.
La artista
Cecilia Vicuña (Chile, 1948) reside en Nueva York desde 1980. Se licenció en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile y realizó un posgrado en la Slade School of Fine Arts en Londres. Comenzó su creación artística a mediados de la década de 1960. Sus obras multidimensionales comienzan siendo un poema o una imagen, y se transforman en películas, canciones, esculturas o instalaciones colectivas. Estas instalaciones efímeras están concebidas para integrarse en espacios tales como la naturaleza, las calles o los museos, y se combinan con rituales y ensamblajes. Ella llama a su trabajo ‘lo precario’.
Vicuña ha publicado múltiples libros de arte y poesía, siendo nombrada Messenger Lecturer 2015 por la Universidad de Cornell (Nueva York), distinción otorgada a los autores que contribuyen a la evolución de la civilización con el propósito especial de levantar los estándares morales de la política, los negocios y la vida social.
Sus trabajos se han exhibido en los principales museos del mundo. En el año 2019 una retrospectiva de su trabajo se presentó en Witte de With de Rotterdam y fue galardonada con el Premio Velázquez de Artes Plásticas, el máximo reconocimiento otorgado por el Ministerio de Cultura y Deporte de España.
Publicación
Como uno de los cierres del proyecto se realizó el lanzamiento de la publicación Minga del Cielo Oscuro el 6 de julio de 2021 que recoge la experiencia de los diálogos y encuentros realizados durante la exposición en una combinación de textos descriptivos, académicos y poéticos, . La publicación busca dar cuenta del espíritu de la muestra en donde lo trascendente no radicó en lo disciplinar, sino en el encuentro entre personas que conforman una comunidad y de la minga como sistema de colaboración. Mediante un modelo que enfatiza la confluencia de las tres fuerzas que sustentan el proceso – ciencia, saber ancestral y poesía -, se propone un despertar en torno a la necesidad fundamental de resguardar el cielo oscuro, amenazado por la contaminación lumínica que impide la astronomía, y empuja miles de especies a la extinción.
El lanzamiento de la publicación fue una conversación virtual con Fernando Comerón, Cecilia Vicuña, Paola Gonzáles y Claudio Mercado. La actividad contó con Interpretación en Lengua de Señas Chilena, Eileen Sanhueza y Paulina Cortés, ambas del equipo Pupa Studio Creativo.
Performance Sonvisión
Diciembre 17 de 2019
Performance de La Chimuchina inspirada en el legado arqueológico y etnográfico Diaguita que busca explorar un repertorio trans-sensorial, vinculando los diseños cerámicos de esta cultura, su sonido y los actuales bailes chinos.
Cámara Lúcida — 2018: Enrique Ramirez
https://ccesantiago.cl/evento/camara-lucida/
Observé que una foto puede ser objeto de tres prácticas (o de tres emociones, o de tres intenciones): hacer, experimentar, mirar.
Roland Barthes
¿Por qué mientras intentamos ver más lejos y más profundo, más desconocemos? A partir de una video instalación y composiciones sonoras, Enrique Ramírez propone una exploración poética que comienza en el observatorio La Silla. La exposición Cámara Lúcida, en una cita libre a Roland Barthes, enfatiza en los paisajes creados por lo macro y lo micro, incluso dentro de nuestros cuerpos, así como en el enfoque político con el que observamos el territorio ¿Cómo entendemos el mundo mirando lo micro y lo macro?, ¿Qué nos dice el mundo de nosotros mismos?, ¿Qué le decimos nosotros al mundo
Enrique Ramirez (Santiago de Chile, 1979).
Estudió la música popular y el cine en Chile antes de unirse al Máster en Arte contemporáneo y Nuevos Medios en el Estudio Nacional de Arte Contemporáneo de Le Fresnoy (Tourcoing, Francia). Fue el artista nacional enviado a la Bienal de Venecia para representar a Chile en 2017. Su trabajo se basa en incursiones poéticas hacia la humanización de las distopías contemporáneas. Abordando temáticas como la memoria, el exilio y el paisaje como elementos constitutivos de su obra, despliega mapas geo-poéticos.
Su trabajo combina el video, la fotografía, la composición sonora y las instalaciones. Fuertemente influenciado por la Historia y la geografía de su país (Chile), articula la noción de la geografía como portadora de una memoria histórica. La imagen del mar condensa algunas de sus principales reflexiones sobre las migraciones internacionales, la discontinuidad de la memoria y el paisaje.
https://enriqueramirez.net/
Sobre Cámara Lúcida de Enrique Ramírez — por José-Carlos Mariátegui
El escritor y físico Ernesto Sábado, decía que “la ciencia no es poderosa a pesar de su abstracción sino justamente por ella”. Y es que la ciencia es un término que actúa como un aglutinador para representar acciones vinculadas con la búsqueda de la verdad y se expande en una diversidad de disciplinas. Cámara Lúcida de Enrique Ramírez apela al reconocido libro de Roland Barthes que relata los efectos de la fotografía en el espectador y cómo esta actúa sobre el cuerpo y sobre la mente. Como en el caso de la ciencia, la imagen carece de unidad ontológica lo que permite expandir sus interpretaciones y generar confluencias que a prima facie parecerían imposibles.
La obra explora las confluencias y disensos entre imágenes científicas, naturales y sociales. Por un lado, hace una exploración audiovisual de la zona del observatorio astronómico de La Silla – ESO, situado a 2400 metros de altura en el desierto de Atacama y considerado uno de los mejores lugares del mundo para observar las estrellas con una nitidez absorbente. La zona, que a toda vista parece silenciosa e inhóspita al ser humano, tiene la mayor densidad de observatorios astronómicos de investigación del mundo. La exploración visual registra la extensa llanura desértica, el inmenso cielo cargado de puntos luminosos, los grandes artefactos científicos, sumada a una lectura etnográfica y e informacional a partir de pantallas de computador que traducen datos en composiciones digitales de textos e imágenes de una realidad exterior que para nosotros resulta abstracta. La segunda proyección presenta imágenes de células anormales detectadas durante los diagnósticos de cáncer cérvico uterino. Estas imágenes son parte del trabajo desarrollado por la madre del autor, quien es tecnóloga médica y que desde hace medio siglo observa minuciosamente las diferencias entre imágenes de células sanas y enfermas. Aquí no hay computadora ni procesamiento de datos que reemplace a la experiencia humana en la labora –casi podríamos decir, artesanal– de auscultación y comparación de las imágenes.
Ambas imágenes no se pueden definir verbalmente, pues se trata de un conjunto de valores y medidas abstractas que requieren de particulares lenguajes científicos para ser descritas. Permiten así que la relación entro lo micro y lo macro se disuelva, y así las inscripciones de enfermedades y muerte se confunden con constelaciones, cielos y galaxias. Se trata de una paradoja epistemológica, donde utilizamos un sistema de notación simbólica producido por el ser humano para experimentos que nos alejan cada vez más de la realidad, y que nos ratifica que cuanto más conocemos de algo, es menos fácil explicarlo, posiblemente porque llegamos a un límite en el lenguaje y eso lleva a una dificultad para explicar la realidad.
Las imágenes científicas fluyen dentro de una composición sonora, realizada también por el autor, que producen una convergencia entre ambas imágenes, produciendo una “tercera imagen” –en este caso acústica– de sonidos urbanos que buscan transportar al espectador a las calles de Chile durante las manifestaciones por el estallido social. La obra de Enrique Ramirez confluye entre la exploración visual y sonora y muchos de sus proyectos recogen la importancia del sonido como articulador y constructor de la realidad social.
El mar, otro elemento persistente a lo largo de la obra del autor, genera un nuevo efecto de contraste frente a las células sanas y enfermas, ejerciendo la función de un canvas para la representación poética de la inmensidad, el misterio y la infinitud. El mar también produce imágenes abstractas, vistas casi como las fractálicas olas de los dibujos de Hokusai. Pese a su complejidad, el mar nos resulta menos distante que el cosmos o las células humanas, adquiriendo un potencial mágico en contraposición a la tierra firme, que es el espacio para la articulación social y la desigualdad del que muchas veces queremos escapar. Sin embargo, la diferencia es que la imagen repite mecánicamente momentos que nunca más podrán percibirse existencialmente.
Activaciones sonoras
A partir de la exposición Cámara Lúcida el artista Enrique Ramírez ha invitado a una serie de artistas sonoros y multimedia a realizar sesiones de experimentación a modo de pequeños conciertos que no sólo interactúan con la obra expuesta, sino que además buscan apropiarse de la sala de exposición y recorrer diferentes sonoridades, detonantes y posibilidades que expande el campo auditivo.
1º encuentro
30 de noviembre del 2021
Teatro CCESantiago
Alfredo Ibarra (Lainus) y Enrique Ramirez
Registro: Bruno Salas.
2º encuentro
14 de diciembre del 2021
Teatro CCESantiago
Francisca Gili y Enrique Ramirez
Registro: Bruno Salas.
3º encuentro
5 de enero del 2022
Teatro CCESantiago
Andreas Bodenhofer Alexander y Enrique Ramirez
Registro: Bruno Salas.
Conversatorio
En el marco de la exposición contaremos con un espacios de conversación que buscan indagar más profundamente en las líneas de investigación del proyecto. Desde la ciencia, el medio ambiente y la situación sociopolítica se abordará el cielo y el agua como universos de exploración.
Participan:
Enrique Ramírez, artista.
Camila Ahrendt, bióloga marina.
Ezio Costa, abogado FIMA
Antonio Hales, astrofísico
Modera: Beatriz Lorenzo, investigadora
Sobre el Silencio del Cielo — 2019: Sebastián Jatz
https://ccesantiago.cl/evento/exposicion-sebastian-jatz/
Cuando crece nuestro entorno, aumenta también la cantidad de estímulos que debemos procesar. Ante ello, y como de costumbre, solo podemos seleccionar aspectos discretos, separando lo que ignoramos de aquello a lo que prestamos atención. Y la prestamos porque esperamos que venga de vuelta, cultivo de reciprocidad.
La atención es una forma de amor. Atender es extenderse al otro, fusionarse, dejar de ser uno para probar ser múltiple, para reconocer nuestro interior allá afuera. La atención es la diferencia fundamental entre escuchar y oír. Oímos todo pero escuchamos poco. Vemos mucho pero observamos fragmentos. Escuchar y observar aceleran el torrente sanguíneo y elevan nuestra temperatura. Nos encienden. El contacto directo y profundo con la realidad es lo más cercano a la eternidad.
Al observar y escuchar el abismo del cielo, los aparatos astronómicos se dirigen tan lejos que el presente se vuelve pasado y el tiempo se revela un enigma. Así como hay puntos ciegos, hay puntos sordos. Mientras escuchamos el tiempo, nuestra cotidianidad se vuelve irreconocible, nos derretimos, cambiamos de estado y somos transformados. Lo difícil de saber escuchar es admitir esta transformación.
Cuatro piezas musicales de media hora tituladas Sobre el silencio del cielo, una rosa de los vientos del horizonte temporal, nacen de estas reflexiones y combinan fragmentos de atención captados en el Observatorio La Silla y sus alrededores, así como una serie de sonidos intencionales entre Sebastián Jatz y Armando Saragoni realizados en el Valle del Elqui.
El teatro del CCESantiago se convirtió entre el 10 y 14 de enero de 2022 en un continuo para tenderse y transformarse, para multiplicarse hacia los confines. Sobre nuestras cabezas las inscripciones del pasado y en medio del aire, una orquesta incremental de acción colectiva develando el espacio, su movimiento y nuestro entendimiento.
Sebastian Jatz
(Santiago de Chile, 1980)
> Curador del ciclo
Compositor y traductor chileno, quien explora en su obra el sonido y la música de formato extendido. El artista utiliza formatos que se acercan a las artes visuales y la performance, en donde se destacan sus intervenciones urbanas a gran escala realizadas en diferentes locaciones nacionales e internacionales. En ellas ha vinculado diferentes intérpretes y materialidades que interactúan con el espacio, el tiempo y los habitantes del lugar de forma activa.
Armando Saragoni
(Santiago de Chile)
> Artista invitado
Estudió artes plásticas en el Instituto de Arte Contemporáneo, Universidad de Chile, además de fotografía con Alberto Goldenstein en el Centro Cultural Rojas en Buenos Aires. Participó en clínicas de Fred Frith y Marcel Marceau, aspu como en Course League of Crafty Guitarists Robert Fripp BA. Actualmente vive en Pisco Elqui, donde construyó un observatorio astronómico y tiene su propio estudio de música. Siempre se sintió atraído por los extensos paisajes del desierto y las montañas, su observación y afectación al tiempo.Desde la guitarra, su forma de tocar se basa en las vibraciones de la corporalidad a partir del gesto, la repetición y la superposición, indagando en la improvisación y la experimentación con diversas texturas, ruidos y temporalidades.
Gisela Frick Hassenberg
(Santiago de Chile, 1981)
> Compositora invitada
Compone collage sonoros e improvisa colaborativa e individualmente desde el año 2012. Actualmente trabaja con sonidos tomados de la naturaleza, archivos históricos, voz y sintetizador. Sus primeras obras publicadas son Cárcel Va’l Paraíso (2013) y Réquiem para el Camarada Pablo Neruda (2013). Sus obras Kindernacht (2016) The Greatest Thing You’ll Ever Learn y To Heal a Broken Heart (2017) han sido montadas en la Galería de Arte Sonoro Ohrenhoch, Der Geräuschladen en Alemania y Slow Motion Graphics y Mirror Forest han sido publicadas en España. Su última obra publicada Allende Ramón, el Valle verás florecer (2019) forma parte del disco Ensayos Sonoros del Chile Actual (Sónec).
https://soundcloud.com/giselafrick
Cristián Alvear
(Osorno, 1979)
> Músico invitado
Músico dedicado a la investigación e interpretación de música contemporánea, experimental y de vanguardia. Posee una Licenciatura en Artes con Mención en Interpretación (2008) y un Magíster en Interpretación (2018) de la Universidad de Chile. Actualmente es doctorante del programa Doctorado en Artes con Mención en Música en la Pontificia Universidad Católica de Chile en el cual investiga los procesos interpretativos en obras experimentales chilenas compuestas durante el siglo XXI.
https://www.cristianalvear.com/p/home.html
Lukax Santana
(Viña del mar)
> Artista sonoro invitado
Improvisador, artista sonoro, archivista, creador de nuevos instrumentos. Más de 40 años de exploración en la libre improvisación y la experimentación sonora, gran parte de esos años ha desarrollado su trabajo en London donde fue uno de los fundadores de Quilombo Expontáneo. Usa objetos, utencilios, juguetes, resortes, vidrios, entre otros como generadores de sonido, también ha trabajado en proyectos de danza contemporánea y realizado colaboradores con importantes músicos a nivel internacional. Su disco “A.L.M.A. Mater” (2016) está inspirado en el observatorio del desierto de Atacama. Viaja a 29.37 km/p. sec .
Piezas musicales
Las siguientes cuatro piezas musicales que componen “Sobre el silencio del cielo”, una combinación de fragmentos captados en el Observatorio La Silla y sus alrededores y una serie de sonidos realizados entre Sebastián Jatz y Armando Saragoni en el Valle del Elqui.
Masterización a cargo de Cristián Alvear.
Neorte
Hueste
Azur
Esteno